Monday, April 21, 2008


AMARILLO, DE FÉLIX ROMEO

Conocí a Félix Romeo hace diez años, en un congreso organizado por la editorial Lengua de Trapo en la Casa de América en Madrid. Me sorprendió lo cariñoso que era a pesar de su facha de bouncer de discoteca. Defendía sus ideas con pasión, y era capaz, literalmente, de bajar al ruedo por ellas: en una de las mesas, como no llegaba a un acuerdo con alguien del público, Félix saltó sobre la mesa y en un segundo se le encaró al impertinente. Los guardias de seguridad tuvieron que intervenir para evitar los golpes. En mi larga carrera de congresos y ferias del libro, era la primera (y hasta ahora, única) vez que veía a un escritor dispuesto a ir más allá de las palabras por un argumento.

Félix escribió un par de novelas publicadas por Anagrama y luego, si bien siguió animando la vida literaria española, dejó de publicar libros. El año pasado me anunció que pronto publicaría un texto “menor”, dedicado a rememorar a un amigo que se suicidó cuando vivía con él en Barcelona, quince años atrás. Ahora que he leído ese libro, Amarillo (Plot, 2008), descubro la modestia de Félix: el libro es breve, pero no menor. Chusé Izuel es el amigo que se suicidó por una pena de amor. Chusé era un escritor y crítico con mucha proyección; cuando mostraba su amargura ante ese amor que lo había abandonado, Félix, al igual que Bizén (el otro amigo que vivía con ellos), pensaba que Chusé exageraba, que algún día despertaría de ese dolor y volvería a la normalidad. Pero Chusé no despertó, y Félix debió quedarse a lidiar con el fantasma de la culpa.

Félix no intenta escribir una biografía de Chusé. En realidad, Félix no intenta muchas cosas, y ésa es su salvación y la grandeza de este libro. Las frases cortas, el tono lacónico, nos hablan de la difícil lucha con la pérdida, y de cómo el ser humano es un misterio. Las respuestas fáciles están excluidas, y en la escritura, Félix no hace más que apilar preguntas. Félix recuerda, pero es más lo que no recuerda. Félix sabe, pero es más lo que no sabe. Y así, a través de esos silencios, escribe una de las mejores elegías que he leído a la muerte de un amigo. A la muerte de alguien. A la pérdida. Varias veces, mientras leía el libro, pensé en Manrique, en las Coplas por la muerte de su padre

4 Comments:

At 5:55 AM , Blogger J. M. said...

dudaba si leerlo; ya no. gracias

 
At 11:27 AM , Blogger Kavinika said...

With suicide, there are many empty spaces, ones we try to fill, and as much as we'd like to make sense of the act, we never fully know why someone with so much potential takes his own life. All the answers we come up with seem superficial. Sounds like an interesting read.

 
At 12:03 AM , Blogger Juan said...

Un gran pequeño libro. Son igualmente muy interesantes los de las jóvenes autoras Eva Puyó, "Ropa tendida", y Aloma Rodríguez, " París Tres", de un realismo sucio algo naif, ambas editadas en xórdica, y ambas de autoras aragonesas, como Félix, pero que poco tienen que ver con la grandiosa Z de Manuel Vilas de cuya "España" (DVD) habrás oído hablar o tendrás en tu mesilla de noche, Edmundo

Saludos

 
At 2:13 AM , Blogger Edmundo Paz Soldán said...

Juan, ayer le pedí a un amigo que me pasara las novelas de Vilas y Chirbes. Me has leído la mente. Un abrazo.
Gracias a Kavinik y José M. por los comentarios...

 

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