Sunday, February 10, 2008


LITERATURA Y CIBERCULTURA

La reflexión sobre la literatura y sus relaciones con las nuevas tecnologías en América Latina y España se encuentra en un momento de inflexión. Después de años de pensar que el internet no tenía nada que ver con la literatura, académicos y escritores se han puesto a indagar en este tema. Pienso en esto al ver Latin American Cyberculture and Cyberliterature, un libro editado por Claire Taylor y Thea Pitman que Liverpool University Press acaba de publicar en Inglaterra (y en el que he contribuido con un epílogo); el número de enero del 2008 de la revista Quimera, que trae un dossier dedicado a “Nuevas tecnologías narrativas”; y la antología Mutantes: Narrativa española de última generación, publicada a fines del 2007 por la editorial Berenice y editada por Julio Ortega y Juan Francisco Ferré.

Algunas conclusiones se desprenden de la lectura del libro de Taylor y Pitman: por un lado, la comprobación, una vez más, de que los nuevos medios tecnológicos influyen en la estética, el arte de un período. Sucedió con la fotografía, con el cine, con la televisión, y ahora está ocurriendo con la computadora. Por otro lado, la forma en que la emergencia de un nuevo medio permite otras lecturas de la tradición. Taylor y Pitman definen ciberliteratura de manera amplia, como “un campo que incluye la literatura electrónica –obras literarias concebidas tradicionalmente, pero en formato electrónico--, y formas específicas de la literatura en el internet como el hipertexto, los hipermedios y los blogs, así como la literatura escrita que reflexiona acerca de la aparición de la cibercultura y los productos ciberculturales” (19, mi traducción libre). Así, los argentinos Borges, Bioy Casares y Cortázar vendrían a ser considerados como “avatares de la ciberliteratura” (19).

La revista Quimera, que solía ser un reducto de la tradición y que, gracias al nuevo consejo de dirección se ha convertido en abanderada de la literatura más a tono con la sensibilidad contemporánea, se interesa en explorar cómo, en palabras de Vicente Luis Mora, “los escritores comienzan a utilizar, en momentos puntuales, elementos tomados directamente de las nuevas tecnologías, copiando sus estructuras y reproduciendo elementos visuales en las obras, que abandonan ya el paradigma de la Galaxia Gutemberg para desembocar en el cosmos de la World Wide Web, configurada como nueva Weltanschauung” (25). Sorprende cómo la nueva generación de críticos y escritores españoles utiliza palabras en inglés, algo que es mucho más común encontrar en escritores latinoamericanos. Laura Borrás, por ejemplo, menciona la “web-based literature” como nueva forma de literatura (27), y el título de una sección de poemas que reflexionan sobre la tecnología y el consumo, editada por el “Dj” Eloy Fernández Porta, es “RealTime”. A propósito de Fernández Porta; su libro Afterpop: La literatura de la implosión mediática, debe verse como el punto central de partida para la reflexión sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la literatura española.

Mutantes es una antología desigual –casi todas lo son—, con prólogos algo contradictorios: mientras Ferré escribe que “el panorama español de los últimos veinte años ha sido… anestésico y anodino” (19), Ortega dice que “demandan atención los relatos de Juan Antonio Masoliver, Cristina Fernández Cubas, Julio Llamazares, Carmen Riera, Carlos Trías, Soledad Puértolas, Belén Gopegui, Nuria Amat, Manuel Rivas, Imma Monzó…” (30-1) (es decir, algunos de los escritores españoles más destacados de los últimos veinte años). Con todo, la antología abre una puerta fascinante al trabajo de los escritores españoles de la nueva generación ("nueva" muy elástica: hay escritores nacidos a principios de los sesenta). En algunos casos, los nuevos medios influyen en la forma: Jordi Carrión, por ejemplo, utiliza la estructura de cómo se accede a la información en Google para “Búsquedas (para un viaje futuro a Andalucía)”, un texto más bien ensayístico. En otros, como en “500% Costa”, de Jordi Costa, en el fondo. A veces el tema es una exploración futurista, pero el medio no es tan nuevo: unos recortes de periódico dan forma al relato “Cero absoluto”, de Javier Fernández. Mutantes también incluye un fragmento de Nocilla Dream, la novela de Agustín Fernández Mallo que se ha convertido en un referente de la nueva generación.

(Publicado en PRL, Primera Revista Latinoamericana de Libros, febrero 2008)

4 Comments:

At 12:13 PM , Blogger Jesús said...

Querido Edmundo,

Gracias por la nota, no conocía las referencias, ¿sabes si puede conseguirse en España el primero de los libros que citas?

nos vemos pronto,

Jesús.

 
At 1:41 AM , Blogger Edmundo Paz Soldán said...

hola jesús, no creo que se consiga, pero te llevo el libro en abril para que le des una mirada. a propósito, ¿quiénes van a granada esta vez? un abrazo fuerte

 
At 5:27 AM , Blogger Jesús said...

Gracias,

te lo pongo en un mail, vienen Rafael Courtoisie, Ronaldo Menéndez, Fernando Iwasaki, y otros colegas profesores.

te escribo,

otro abrazo para ti.

 
At 1:46 AM , Blogger J. M. said...

tal vez haya que hablar del fin de la literatura, igual que del fin del arte... en definitiva, el mundo humanista se resquebraja con los medios, la cultura humanista no puede ser mediática, se palpa, se toca, como el amor...

 

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